¿Porqué no usar preservativos?

Las palabras del Papa Benedicto XVI, acerca del uso del preservativo, generaron un rechazo internacional, y con razón. Si bien es cierto que lo óptimo para la visión de la iglesia, es que la gente se mantengan unidas sexualmente a una única persona en toda la vida, y que con esto se evitaría el contagio de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente el SIDA, demuestra una gran ignorancia o negación acerca de la realidad.

Las personas, o por lo menos la mayoría, cambian de parejas, mantienen relaciones sexuales con más de una persona a lo largo de la vida, y no es algo que se desconozca, o que se pueda negar.

Lo cierto es que jóvenes y adultos tenemos que tener conocimiento sobre las enfermedades, la forma de prevenirnos, y de la utilización correcta de cada instrumento que esté a nuestro alcance para evitar males mayores.

No creo que el Papa haya pensado siquiera en la dimensión que adquieren sus palabras. Es contraproducente por la gran cantidad de hombres y mujeres que escuchan atentamente lo que ciertas personas públicas dicen, y más tratándose de un representante, un referente, de “la cara visible de la iglesia mundial”.

Tenemos la obligación de enseñar, de explicar, de aconsejar a quienes todavía no lo saben (o no sabemos), como cuidarnos. Empecemos por hacer público, que el uso del preservativo y otros métodos anticonceptivos son necesarios.

El preservativo no sólo previene el contagio del HIV, sino también la sífilis, la blenorragia, las hepatitis B y C, el herpes y la chlamydia, que puede producir esterilidad en la mujer, entre otras.

Por otro lado, existe una Ley Nacional (N° 25.673), y en nuestro caso una Ley Provicial (Neuquén- N° 2.222), que determinan la obligatoriedad de cubrir los métodos anticonceptivos para la planificación familiar, de manera gratuita, entre ellos el preservativo.